El cuerpo en movimiento dibuja líneas y expresa sensaciones.
Suavizarnos a través del movimiento es una invitación a sentir plenamente el misterio que habita y se despliega en nosotros. Experimentarse siendo expresión de una gran marea.
Exploro los límites físicos. Rozo la permeabilidad de éstos con la inmensidad. Una danza, materia espacio. Una danza, sin tiempo y sin espacio.
Vaivén de la conciencia.
Enraizándome en la tierra.
Vida presenciándose así misma.
Nos experimentamos en un cuerpo, pero somos también extensión de éste, más allá de los límites visibles que percibimos con los sentidos.
Abrir nos generosamente a esta experiencia es un regalo accesible aquí y ahora, disponible para todos, sea cual sea nuestra condición física y/o mental.
Disfrutemos de nuestra humanidad. Del contacto con la naturaleza de la que formamos parte. En esta simplicidad nos encontramos con lo Sagrado.